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BÓTOX: LA TOXINA MARAVILLOSA

Por Nueva Estética
En 2011, la toxina botulínica se consolidó como el procedimiento médico-estético más solicitado en España, y a partir de ahí, las cifras no han hecho más que aumentar un 50% cada año. La precisión con la que los especialistas manejan esta sustancia, la rapidez y la simplicidad con la que se aplica y la naturalidad en los resultados explican este éxito.
 


Desde que en 2004 se autorizó en nuestro país el uso de la toxina botulínica en medicina estética, las terapias de rejuvenecimiento facial han experimentado importantes avances, que a estas alturas nadie cuestiona. A esta eficacia probada hay que sumar otras ventajas, como que se trata de un tratamiento que se realiza en tiempo récord, sin molestias y sin periodo de recuperación. Además, al tratarse de un medicamento, se fabrica siguiendo una normativa muy estricta y su seguridad está avalada por numerosos estudios médicos y científicos. En lo que a su acción farmacológica se refiere, la toxina botulínica provoca una microdenervación selectiva de las terminaciones colinérgicas, impidiendo la liberación del neurotransmisor acetilcolina. Dicho de otra manera: atenúa la liberación de neurotransmisores en las placas motoras musculares. En la práctica, el médico inyecta el producto directamente en el músculo, para relajar su capacidad contráctil y atenuar los movimientos que hacen que, por ejemplo, se marquen las arrugas de expresión. En España hay tres laboratorios farmacéuticos autorizados para comercializar toxina botulínica para uso estético. Curiosamente ninguna de las tres formulaciones  se llama Bótox, aunque es así como se conoce a esta sustancia de manera genérica. Éste es el nombre comercial del medicamento que originalmente apareció en EEUU.
 
Crónica de un Éxito
Como ya se sugiere al inicio de este reportaje, desde que el Bótox aterrizó en las consultas de medicina estética ha acreditado sobradamente su eficacia y seguridad. Tal como señala el Dr. Víctor García “a lo largo de estos años, ningún miembro de la Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética o de la Sección Colegial de Médicos de Estética del COMB -entidades que actualmente preside este especialista en medicina y cirugía cosmética- ha detectado problemas o efectos secundarios, que no fueran de carácter leve y transitorio, como la aparición de algún pequeño hematoma, que desaparece en pocos días, discretas asimetrías, que se resuelven espontáneamente, o cefaleas durante las 24-48 horas que siguen al tratamiento". La seguridad en la aplicación del Bótox también está respaldada por la formación continua de los profesionales: más de 4.000 médicos españoles han realizado cursos y participado en actividades científicas, impartidas por los más prestigiosos especialistas en esta materia en todo el mundo. Así, poco a poco se ha ido perfeccionando la técnica, hasta el punto de ajustar al milímetro cada detalle, como la dosis que debe emplearse en cada caso, que está perfectamente definida, lo mismo que la cantidad y localización de los puntos de inyección.  Sobre estas bases se sustenta el que en definitiva es el objetivo primordial: lograr resultados naturales, a partir de una relajación moderada, pero suficiente, de los grupos musculares implicados en la aparición de ciertas arrugas de expresión... y algo más, puesto que el Bótox llega hoy mucho más lejos, y con unas gotas estratégicamente inyectadas se consigue desde elevar la cola de la ceja, para abrir el ojo y darle a la mirada un aspecto más joven; atenuar el bruxismo, relajando el tono de los músculos maseteros, lo que se suaviza el perfil de la mandíbula, elevar ligeramente la punta de la nariz a modo de rinoplastia exprés sin cirugía e incluso mejorar el acné y los cuadros de dermatitis acneica, controlando la secreción sebácea.
 
Últimos Avances
Dosis bajo Control La mejora más reciente respecto al Bótox es la aparición en el mercado de unas jeringas, que hacen más fácil el procedimiento de inyección. Estos dispositivos incorporan un mecanismo sonoro de control (1 click = 1 dosis), que permite una microdosificación controlada y automatizada de la toxina. Ello hace que el tratamiento sea mucho más cómodo para el médico, que no ha de estar pendiente de la cantidad de sustancia que aplica, y ayuda a que el resultado final sea el mejor posible, ya que buena parte del éxito depende de inyectar la dosis exacta. Otra ventaja es que se reduce a la cuarta o quinta parte el volumen de producto infiltrado, lo que redunda muy positivamente en el confort del paciente, ya que la terapia se convierte en prácticamente indolora.
Aplicación Transdérmica En el caso concreto del control del exceso de transpiración mediante el uso de toxina botulínica, existen estudios, que se encuentran en una fase muy avanzada, focalizados en la aplicación de esta sustancia a través de mecanismos de vehiculización transdérmica. Este avance supondrá prescindir de las agujas, ya que se podrá conducir el Bótox empleando dispositivos electrónicos de ‘mesoterapia virtual’ y/o fórmulas mejoradas en las que la sustancia será transportada a través de estructuras nanotecnológicas u otros delivery systems.
 
Combo BÓTOX 
Si tenemos en cuenta que en la aparición de las arrugas, igual que en el resto de signos de envejecimiento, confluyen componentes diversos, y que no existe ningún tratamiento que corrija simultáneamente todos los aspectos implicados, suele ser muy habitual tener que combinar diferentes terapias para que el resultado final sea 100% satisfactorio. En el caso del Bótox casa muy bien con otras terapias, como los rellenos intradérmicos con biomateriales y la bioestimulación cutánea con factores de crecimiento. A la hora de buscar un rejuvenecimiento natural, combinar es siempre la mejor opción. Pensemos que la sobrecorrección de un inestetismo nunca redunda positivamente en el resto de alteraciones, y lo único que aporta es un resultado artificial y nada atractivo. Así, el protocolo se diseña siempre de manera personalizada, en base a un estudio detenido del paciente. Nos referimos de nuevo al Dr. Víctor García, quien afirma que “es básico no tener prisa, e ir viendo cómo responde cada persona. Un retoque a tiempo por habernos quedado cortos es garantía de éxito, y es que en medicina cosmética y estética siempre es mejor la opción del más que la necesidad  de menos”
 
Otras aplicaciones Clínicas
El empleo de la toxina botulínica no queda reducido, ni mucho menos, al ámbito de la medicina estética. Este fármaco se emplea en diferentes especialidades médicas, para corregir numerosas alteraciones: estrabismo, tics nerviosos, parálisis espásticas, esclerosis múltiple, distonía cervical, incontinencia urinaria, estreñimiento crónico… Recientemente también se ha aprobado su uso para aliviar la migraña crónica y la cefalea tensional. En estos casos, el protocolo establece que se inyectará la sustancia en algunos de los denominados ‘puntos gatillo’: zonas hiperirritables en el seno de los músculos esqueléticos, de la cabeza o cuello.
STOP Transpiración Mención aparte merece el empleo del Bótox para frenar la hiperhidrosis. Hasta ahora se estaba inyectando con mucho éxito, para solucionar cuadros de exceso de transpiración axilar, palmar y plantar, y hace muy poco que este tratamiento se ha hecho extensivo a lo que se denomina hiperhidrosis capilar: exceso de sudoración en cuero cabelludo y frente. La Dra. Dendy Engelman, dermatóloga estadounidense, ha popularizado este procedimiento, que ya se está aplicando en nuestro país, y que consiste en realizar entre 150-200 microinyecciones de toxina botulínica diluida, en el cuero cabelludo. El tratamiento es prácticamente indoloro, porque se puede utilizar anestesia tópica y las agujas son muy finas. Los resultados aparecen en 2-3 días y duran alrededor de 6 meses. Suelen recomendarse 2 sesiones al año. En la mayoría de casos la sudoración desaparece por completo, o si no, disminuye de forma considerable. Esta terapia no afecta ni a la calidad ni al crecimiento del cabello y tampoco se han detectado otros efectos secundarios.