Ayuda a conocer tu cuerpo. La principal característica del pilates es la conexión que se crea entre cuerpo y mente, gracias al trabajo muscular y la respiración. Con estos ejercicios cada persona es más consciente de sus imitaciones físicas y también mejora su flexibilidad.

Destaca por sus múltiples beneficios terapéuticos. El pilates es un método indicado para personas de todo tipo de condición física, ya que todos los ejercicios se pueden amoldar a la capacidad de cada cuerpo. Es adecuado para quienes padecen enfermedades articulares o musculares, ya que ayuda a fortalecer las extremidades del cuerpo.

Aumenta la fuerza y elasticidad. Si hay dos beneficios claros de practicar pilates son la mejoría de la fuerza y de la elasticidad de todos los grupos musculares ejercitados.

Ayuda a dormir mejor. Realizar sesiones de pilates ayuda también a conciliar mejor el sueño, gracias a la relajación que se alcanza mezclando las técnicas de respiración y fuerza. Aún así los expertos recomiendan no hacer estos ejercicios justo antes de ir a la cama ni con el estómago lleno.

Corrige la postura. Los trabajos sedentarios o las horas de más en el sofá de casa pueden provocar dolencias en la espalda, Con los ejercicios de pilates se trabajan los músculos de la espalda y del abdomen, algo que se traduce en una tonificación que automáticamente repercutirá en la postura corporal. Además, con el fortalecimiento de la espalda, se consigue caminar más erguidos.

Resulta ideal como entrenamiento complementario. El pilates se erige como una técnica complementaria perfecta para todas aquellas personas que hagan ejercicios cardiovasculares, como correr, nadar o ciclismo.

Induce a la relajación. Practicar ejercicio genera endorfinas, unas hormonas que hacen sentirnos felices y enérgicos. Precisamente los ejercicios que propone el pilates consiguen que la mente se despeje y se logue prestar atención plena para rebajar el nivel de estrés de nuestro cuerpo.