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ESPECIAL BELLEZA
BELLEZA AL DETALLE

Mirada, labios y cuello… se erigen como las 3 zonas más delicadas del rostro. En ellas, las huellas del tiempo se marcan intensamente, sin pasar si quiera un año por alto. Su belleza, efímera y delicada in extremis, les han convertido en el punto de mira de los cosmetólogos, que han ideado fórmulas de acción exclusiva. 

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Cada una de estas zonas tiene sus propias debilidades. La mirada es extremadamente frágil y especialmente susceptible a la aparición de arrugas y líneas de expresión. Entre sus principales enemigos están las bolsas y las ojeras, que otorgan al rostro un aspecto cansado. Igual de sensibles o más son los labios, pues están en continuo movimiento: hablar, comer, reír, besar, bostezar… Además, en cada gesto están implicados nada menos que 12 músculos y numerosas fibras elásticas; por eso no es de extrañar que el tejido en esta zona se debilite fácilmente. Finalmente, pero no por ello menos importantes está la zona del cuello y escote, que se muestran excesivamente vulnerables al envejecimiento. 

MIRADA, fragilidad extrema

Un parpadeo cada 6 segundos y más de 10.000 al día… ni que decir, que esta zona del rostro es excesivamente “hiperactiva”. Aunque es el símbolo de seducción por antonomasia, también es la zona del rostro más vulnerable y susceptible a la edad. en ella, las arrugas, los signos de cansancio y la flacidez se asientan antes de tiempo. Conseguir que el envejecimiento le de una tregua es el objetivo de la nueva generación de productos especializados en su cuidado… ver para creer! 

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Contorno de ojos

La piel del contorno de ojos resulta extremadamente delicada ya que es 5 veces más fina que la del resto del rostro. Si a ello le añadimos que cada 10 años pierde el 6% de su espesor, no es de extrañar que sea la candidata perfecta para sufrir prematuramente las huellas de la edad. Asimismo, es justo en esta zona donde se marcan con más facilidad los signos de cansancio y estrés, dando como resultado una mirada fatigada y carente de vida. Al ser tan fina, y al sufrir continuas agresiones, la matriz extracelular de la dermis del contorno de ojos encuentra dificultades para ejercer eficazmente su función de colchón de la piel, aunque se trate de una dermis muy joven.

 

sus puntos débiles

arrugas, bolsas, ojeras e hinchazón

 

Las bolsas, las ojeras y las primeras arrugas han sido desde siempre sus principales enemistades, y más teniendo en cuenta que dichas alteraciones no van imprescindiblemente ligadas al factor tiempo. Según los últimos estudios sobre la cronología de la edad de la piel estos signos pueden llegar a afectar a la mujer incluso en su más plena juventud. Las ojeras son con diferencia el problema más frecuente, ya que el 75% de las mujeres las presentan desde los 18 años. Las bolsas son en cambio más puntuales durante la juventud, aunque una vez traspasada la barrera de los treinta suelen ser bastante habituales, y todavía más en caso de estrés y cansancio. Asimismo, las pequeñas arrugas bajo los ojos se hacen cada vez más visibles a partir de los treinta.

 

Arrugas y flacidez En gran parte, esta fragilidad se debe a la gran movilidad de sus músculos durante el parpadeo, y no es de extrañar porque este gesto se realiza unas 10.000 veces al día, como ya hemos indicado, siendo el responsable directo de la pérdida de tonicidad en la zona. Cuando el área periorbicular pierde su elasticidad y los músculos se debilitan, la piel de alrededor de los ojos se vuelve flácida, formando antiestéticos pliegues en los párpados.

 

Bolsas e hinchazón de los párpados La debilidad del tejido base del contorno de ojos ocasiona que todo el peso de las acciones mecánicas, como puede ser la absorción de impactos, recaiga sobre la dermis. Como consecuencia a este sobre esfuerzo la piel tiende a relajarse provocando la formación de bolsas. Aunque las bolsas pueden estar causadas por diferentes razones: una acumulación de líquido, la presencia de grasa localizada o bien, venir derivadas por otros factores predisponentes. Las más frecuentes son las primeras y se deben a una retención hídrica transitoria o permanente por la incapacidad del riñón para eliminar el líquido corporal o por un aumento de la permeabilidad capilar regional, que puede estar potenciada por la falta de sueño, cansancio o exceso de alcohol y tabaco. Por su parte, las bolsas de grasa se forman por la localización de tejido adiposo debajo de los párpados. La hinchazón de éstos se origina por un fallo en el sistema de drenaje de la circulación linfática en el contorno ocular. Con frecuencia, la zona del contorno de ojos excesivamente vascularizada muestra signos de alteraciones en la microcirculación, pudiéndose ocasionar un estancamiento venoso. Este fenómeno explica la predisposición a la formación de edemas en los párpados.

 

Ojeras Pero la cosa no acaba aquí, otro enemigo inminente son las ojeras. La mirada de las personas con ojeras es apagada y transmite una sensación de cansancio, fatiga, tristeza... Las ojeras tienen un origen multifactorial, aunque la principal causa de su presencia es de tipo genético y hereditario. Cuando la piel periobicular es muy fina, la sangre venosa que otorga el color azul a las venas, fluye por la superficie a través de la red de venas y vénulas drenantes del área periorbicular, otorgando a los párpados un tono azulado. 

LABIOS, máxima seducción

Jugosos, apetitosos y provocativos… los labios hablan del atractivo del rostro. pero esta zona tan frágil, sensible y delicada delata enseguida el paso del tiempo. en su contorno, las arrugas y las líneas de expresión se asientan a una edad muy temprana. Menos más que la cosmética está de su parte y ha desarrollado nuevos cosméticos de tecnología inédita, diseñados exclusivamente para ellos. Una nueva generación de productos que van a dar mucho que hablar. 

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La piel de los labios carece de glándulas sebáceas y no pueden ni producir sebo ni autohidratarse. Es por ello que no tienen una película hidrolipídica que los proteja. Además, su epitelio consta de dos capas queratinizadas a diferencia de las ocho que recubren el cuerpo y de las veinte que hay en manos y pies. Lógicamente, esta barrera tan frágil se quiebra con rapidez por los bruscos cambios climáticos. Éstos provocan continuas dilataciones y retracciones, traduciéndose en sequedad e irritaciones en la superficie labial. por ello necesitan cuidados y , en especial, ser hidratados con frecuencia.

Ese color rosado y a veces rojizo tan característico procede de la importante red capilar de los labios, que facilita la renovación celular y una rápida nutrición. En condiciones normales, estos beneficios deberían compensar sus carencias, pero son incapaces de impedir que el frío del invierno los corte o que el fuerte sol del verano los seque hasta grietarlos. Aunque la saliva es un excelente cicatrizante, su humedad sólo consigue resecarlos y deshidratarlos todavía más ya que, al evaporarse la saliva, desaparece también la humedad natural de los labios.

 

Arrugas de expresión

su principal enemigo

 

Aunque para consolarnos se les suelen llamar arrugas de la felicidad, la verdad es que su presencia no tiene ni pizca de gracia. En un primer momento, las arrugas de expresión se hacen visibles solamente con los gestos, pero poco a poco se van asentando cada vez más., formándose incluso pliegues de más de 500 mm de profundidad. Hoy se sabe que los fenómenos que dan origen a este tipo de arrugas se producen a nivel de la unión dermo-muscular. Ahí es donde actúan los músculos que dan vida a la expresión del rostro.

 

Código de barras

Así se conoce a aquellas arrugas verticales que se ubican encima de los labios. Son muy notorias a simple vista y se remarcan aún más al realizar algún movimiento con la boca. Suelen ser muy comunes en mujeres fumadoras debido al movimiento continuo que hacen los músculos de la boca al aspirar el humo del cigarro.

Cuello y escote, zonas SOS

Un cuello esbelto y terso otorga elegancia al perfil del rostro. El problema está en que esta obra, arquitectónicamente perfecta, es muy efímera y se muestra especialmente susceptible a la ley de la gravedad. 

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Con el tiempo, las arrugas se empiezan a dibujar sobre ella, mientras que la flacidez se encarga de derribar gran parte de su belleza. el resultado, un óvalo facial desdibujado y envejecido.

Así es, la piel del cuello es particularmente fina, por lo que en ella, los años se marcan con facilidad. además, los factores externos, como el roce de la ropa los cambios medioambientales y la gesticulación constituyen verdaderos enemigos. Aparte de ser extremadamente vulnerable, esta zona presenta muy pocas glándulas sebáceas, y por consiguiente, su manto hidrolipídico posee también poco agua, por lo que su nivel de hidratación deja mucho que desear.

Por consiguiente, las fibras de colágeno se deterioran y la elastina se fragmenta. bajo estas circunstancias, la piel se vuelve extremadamente seca, pierde firmeza y elasticidad, con el tiempo, s fácil que aparezcan arrugas verticales, que cruzan el cuello hasta alcanzar el centro del escote y otras profundas y horizontales, conocidas como “collar de Venus”.

Por si esto fuera poco, los tejidos que sostienen la estructura del cuello pierden turgencia y la falta de tono provoca el descolgamiento de toda la zona. es entonces cuando aparece la flacidez e incluso el doble mentón, que tan antiestético resulta y lega a desdibujar el contorno del cuello. habitualmente, estos problemas se manifiestan de manera conjunta en personas maduras, ya que a medida que pasan los años, se va acentuando la caída del tejido cutáneo y en muchas ocasiones, ello se acompaña de un aumento del estrato adiposo y la pérdida del tono del músculo platisma, que se extiende desde el extremo de la mandíbula hasta la clavícula. Estos “argumentos de peso” explican porqué la piel de esta zona es más frágil, tiene mayor tendencia a la deshidratación y al envejecimiento prematuro.

Teniendo en cuenta su particular naturaleza, queda claro que el cuello precisa una atención especial. Es por ello que la profesional debe elegir un tratamiento cosmético especializado en su cuidado, que abarque los siguientes flancos de acción:

 

  • Proteger las fibras de colágeno y elastina.
  • estimular la actividad celular.
  • Reafirmar y tensar la piel.
  • Hidratar y estimular la síntesis de la melanina.
  • proteger a la piel del envejecimiento cutáneo.